El Elche C.F. de Pablo Machín jugó el partido más decente de toda la Liga a pesar de perder una vez más. Han pasado ya 16 jornadas y los ilicitanos no conocen la victoria. Sólo 4 puntos de 48 posibles. En esta ocasión fue el Celta el que se llevó los tres puntos con un gol de Iago Aspas en el minuto 5 de partido. El «príncipe de las bateas» olfateó la inseguridad defensiva del rival y no perdonó. Aspas fue el único futbolista capaz de romper el delicado equilibrio con el que nace un partido de fútbol. Aspas es poesía, es más de medio Celta. Nadie lo duda entre la afición celeste.
La inoperancia del Elche en las áreas le está llevando a velocidad de vértigo a la Segunda División. En especial su fragilidad, indolencia y falta de contundencia en la propia. El conjunto franjiverde ha mejorado físicamente e hizo las cosas bien en zonas del terreno de juego en las que no se deciden los partidos. El de Machín fue un equipo que compitió bien, pero le está matando esa falta de contundencia en las porterías. Se trata de que el Elche parezca cada vez más un buen equipo, con pundonor, con orgullo y que no se convierta en una banda ofuscada y errática.
Y la que merece un capítulo aparte es la afición del Elche Club de Fútbol. Es algo conmovedor, nadie me lo podrá negar: tu equipo es último con 4 puntos y sin ganar ningún partido y acuden 20.121 fieles seguidores con su corazón franjiverde al estadio Martínez Valero. Como bien reza ese dicho futbolístico tan extendido: «no traten de entenderlo; si vas perdiendo más te aliento». Ese sentimiento franjiverde centenario perdurará siempre, aunque el 4 de junio de 2023, cuando acabe la Liga, el histórico Elche tenga que coger el ascensor una vez más y cambiar de planta en el fútbol español. Muy grandes esos más de veinte mil aficionados. Ellos fueron lo mejor del partido.
Y así lo reconoció Pablo Machín a la conclusión del choque manifestando que «mis jugadores, mi cuerpo técnico y yo queremos agradecer el empuje y el apoyo de los 20.121 aficionados que nos han respaldado. Les necesitamos. Yo no dejaré de creer. No gano nada siendo catastrofista. Mi labor será la de ayudar al equipo a seguir mejorando para lograr cuanto antes la primera victoria». Y una vez más el Elche acabó con diez por una roja directa a Pedro Bigas que propinó una patada a Iago Aspas tras cometer falta el gallego sobre el central franjiverde.
Da la sensación de que este Elche jamás tendrá un golpe de fortuna esta temporada. La suerte le ha dado la espalda definitivamente, incluso el día de los Reyes Magos, que trajeron carbón en abundancia, pero ser del Elche comporta no perder jamás la fe. El periodista y escritor Santiago Gambín, jefe de Deportes de Radio Elche Cadena SER durante casi cuatro décadas, afirmaba que «si no fuésemos del Elche no seríamos optimistas». Pues eso, el mejor homenaje al centenario de la entidad sería llenar cada jornada el Martínez Valero, pase lo que pase. Y que el propietario, Christian Bragarnik, no tire la temporada y refuerce convenientemente al equipo. Se lo debe a los más de 24.000 abonados. Además de inscribir al lateral Lautaro Blanco, que ya estaba fichado desde el pasado verano, esta semana ha llegado el central Lisandro Magallán. El argentino, de 29 años, ha firmado con el Elche hasta el 30 de junio tras desvincularse el Ajax de Amsterdam.
