Desde hace años la Asociación de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) ha denunciado las irregularidades en la gestión de la caza de aves acuáticas de las zonas húmedas sudalicantinas, desde el desorbitado número de aves acuáticas que se permitía matar cada temporada de caza en los Espacios Naturales Protegidos, al funcionamiento durante años de un coto ilegal situado a escasos 300 metros de donde se liberaban las cercetas pardillas procedentes del programa de cría en cautividad.
Otro aspecto de la gestión cinegética de las zonas húmedas que el grupo ecologista ha denunciado como altamente impactante para las aves acuáticas y en especial para la cerceta pardilla, ha sido la caza nocturna. Esto es, aquella que se realiza con posterioridad a la puesta de sol, aunque la Ley de Caza de la Comunidad Valenciana prohíbe de manera general este tipo de actividad cinegética, establece excepciones para la caza de aves acuáticas por su carácter “tradicional”.
Durante la tramitación de los últimos planes Planes Técnicos de Ordenación Cinegética (PTOC) de los humedales del sur de Alicante, aprobados en 2022, con una vigencia de 5 años, AHSA presentó alegaciones en contra de la autorización de la caza en humedales con posterioridad a la puesta de sol, aunque en los PTOC se había introducido un recorte en el tiempo que se permitía este tipo de caza, pasando de 1 hora y media a 1 hora, una reducción que los ecologistas consideran claramente insuficiente.
Tras la aprobación de los diferentes PTOC de los cotos de caza de aves acuáticas situados en los parques naturales de El Hondo, las salinas de Santa Pola y la zona húmeda catalogada del Hondo de Amorós y tras el rechazo a los recursos de alzada presentados por AHSA, el grupo ecologista ha presentado un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana en contra de la aprobación de los mismos en base al grave impacto que causa la caza nocturna en especies protegidas como la cerceta pardilla, denuncia sustentada por los resultados de los últimos estudios científicos realizados sobre esta especie que cuantifican en hasta un 50 % las cercetas pardillas que podrían ser abatidas por disparos en los humedales del sur de Alicante.
En su recurso los ecologistas argumentan que aparte de las cercetas pardillas registradas que han sido abatidas por disparos en días hábiles de caza durante la tarde-noche, la caza nocturna es un tipo de caza no selectiva que está prohibida expresamente por la legislación europea, dada la imposibilidad de distinguir a las diferentes especies de aves acuáticas sobre las que se dispara en condiciones de mala y escasa visibilidad, como ocurre tras la puesta de sol.
AHSA considera que no se puede amparar legalmente una excepción a la legislación general de caza, amparada en un supuesto carácter “tradicional”, contraponiéndolo a la conservación de la biodiversidad, más aún en un escenario de extinción masiva de especies y de deterioro ambiental a escala global en el que nos encontramos.