La victoria del Elche C.F. en Son Moix ante el Real Mallorca por 0-1 con un golazo de Lucas Boyé en el minuto 88 fue muy emotiva por varios motivos. El primero por la dedicatoria al ex del Elche Pelayo Novo que falleció a los 32 años el pasado martes. Esa fue la imagen del partido: todos los futbolistas con la casaca número 8 de Pelayo. Un momento de mucho sentimiento en el terreno de juego de Son Moix.
No fue una victoria producto de la casualidad. Ni muchísimo menos. El Elche jugó un partido enorme, con un gran planteamiento del entrenador, Pablo Machín, que esta vez acertó de pleno con los cambios. Su dirección de partido fue impecable. Fue un equipo con espíritu, con mucha atención a todos los detalles del juego y con una entrega total, bien ajustado y competitivo.
Un Elche que firmó una buena primera mitad y que en la segunda parte dio un paso al frente y se fue a por el encuentro. Los ilicitanos disfrutaron de las mejores ocasiones, pero el gol de la victoria llegó en el minuto 88. Gerard Gumbau botó un córner al primer palo y Boyé remató arriba para batir al portero del Mallorca Rajkovic.
El conjunto bermellón empató en el 96 con un gol de Muriqi que en primera instancia concedió el andaluz Munuera Montero. Sin embargo, el catalán Medié Jiménez, que estaba en el VAR, le advirtió de una posible falta previa de Pablo Maffeo a Raúl Guti. Munuera chequeó esa acción en el monitor, invalidó el tanto de Muriqi y el Elche acabó celebrando su primer triunfo lejos del Martínez Valero.