El ayuntamiento de Elche ha recibido la autorización de Cultura para poner en marcha una solución al bloqueo de las obras en el antiguo edificio de riegos El Progreso. Se comprará el inmueble afectado que es la antigua Sala de Venta de Agua, la parte que da a la calle Almórida. Se desmontará la fachada para preservarla, se modifica el Plan General de Ordenación Urbana y retranquea el nuevo edificio a la línea del resto de inmuebles de esa calle.
De esta manera, el alcalde Pablo Ruz ha destacado que se desbloquea un problema enquistado hace siete años que ofrece cada día una imagen lamentable de la calle y de una fachada que es patrimonio local. Una vez desmontada la fachada se construirá un edificio de oficinas municipal donde se instalará la fachada antigua, poniendo así en valor este elemento arquitectónico. A la vez, muchas de las oficinas que actualmente están por la zona, dispersas en locales alquilados, podrán ir a ese nuevo inmueble de titularidad pública. La actuación va aparejada a la plantación de árboles, nuevo asfaltado, la acera en su sitio y la vuelta a dos carriles.
Pablo Ruz ha recordado que la propuesta anterior era “dejar a la altura actual la fachada desmontada, sin retranqueo, y permitía elevar a la propiedad un edificio en la parte posterior. La solución no era dejar la puerta en el centro de la calle, pero ahora, con la compra, alineación del edificio y la fachada integrada, se da normalidad a esta situación y se incorpora patrimonio al conjunto de la ciudad con oficinas municipales”.
El edil de Estrategia Municipal, Francisco Soler, ha señalado que este era un “proyecto prioritario para el gobierno municipal en el que hemos estado trabajando todos estos meses y se ha conseguido llegar a un acuerdo con la propiedad, que tenía voluntad de solucionarlo”.
Respecto a la adquisición del edificio, ha apuntado que el período de amortización “es asumible para las arcas municipales” y la compra se ejecutará antes de final de año. Según Soler, ya se trabaja en la modificación del PGOU que contemple el retranqueo de la fachada, para después realizar la demolición y desmontaje. “En meses se resolverá la cuestión administrativa y la idea es pensar en la ejecución del edificio en menos de un año”.