La migración se ha situado durante este verano en el centro del debate por la entrada irregular de personas a las fronteras europeas. De esta forma, la inmigración se ha situado, según el barómetro del CIS, en la principal preocupación de la población española después de 17 años en los que apenas se situaba entre las inquietudes de la ciudadanía. Es más, en junio era la novena de las preocupaciones de los españoles y en julio ya se convirtió en la cuarta. Durante este año, han entrado por Canarias y por otros puntos de Europa 31.155 personas. Sin embargo, esta cifra corresponde solamente al 5,6% de los extranjeros que se han instalado en España en el último año. Además, el principal origen de los migrantes irregulares, un 70% llegan de países latinoamericanos y solo un 11% de África.
La coordinadora de Elche Acoge, Trini Urbán, ha destacado, precisamente, que hay que relativizar estas cifras porque son 31.000 personas en un país como España con 43 millones de habitantes. En este sentido, Urbán ha recordado que el pacto sobre migración de la Unión Europea obliga a dar cobertura a las personas que lleguen buscando asilo que, como ha insistido, abandonan sus países de origen en busca de una vida digna y mejor.
Para ello, Elche Acoge dispone de tres pisos con quince camas y un centro de protección internacional con 58 plazas para lo que trabajan 33 técnicos y más de 80 voluntarios que ayudan a los usuarios y usuarias a resolver sus necesidades que en su mayoría están relacionadas con la vivienda o el trabajo. Aun así, Trini Urbán ha señalado que, de normal, las personas que reclaman ayuda no tienen una sola preocupación.
Es el caso de, por ejemplo, Mohamed Elmaddaghri. Salió de Tetuán en kayak hasta Ceuta. 40 kilómetros que recorrió siendo consciente de que podía llegar vivo o muerto.
Pero Mohamed quería salir de su ciudad porque en su ciudad se contaba que en España puedes trabajar y vivir bien para, además, salvar a tu familia. Él se fue sin avisar a su padres, lo hizo una vez llegó a territorio español donde fue atendido por Cruz Roja. Mohamed Elmaddaghri apunta que todos los jóvenes quieren salir de Marruecos porque, además, señala que la gente tiene problemas de salud mental por la frustración que supone no poder alcanzar un nivel de vida mejor en origen.
Por su parte, Ahmad Ghareb tiene 20 años y huyó de los bombardeos en Siria, su país natal. Su padre, cuando empezó el conflicto en la zona cogió a su familia y se trasladaron a Líbano. Lleva ahora nueve meses en España tras llegar en avión, en primer lugar a Valencia. Ahmad tiene claro que quiere trabajar como peluquero, formarse y poder ganarse la vida de esta manera. Ha añadido que ahora se encuentra mejor aunque se siente como un niño porque tiene que aprender a hablar de nuevo.
Nour Eddin Chagdali también abandonó su país de origen, Marruecos. En este caso lo hizo a nado desde la ciudad de Nador hasta Melilla. Diez kilómetros que recorrió con un amigo, con unas aletas en los pies y desde las nueve de la noche hasta las tres de la madrugada.
Nour insiste en que dejó Marruecos porque allí no había futuro y ahora siente que en España, cuando domine más el español podrá encontrar trabajo.
Los tres coinciden en que en España se sienten acogidos. Es más, aseguran que en ningún momento se han sentido discriminados o atacados por su origen. Añaden, además, que se rodean de gente buena y alertan a quien no lo haga que en España hay leyes para juzgar los malos comportamientos.
Aun así, los expertos alertan de los peligros de convertir la crisis migratoria en un debate político. En este sentido, Trini Urban insiste en que hay que ser contundente con los comentarios racistas y los discursos de odio porque asegura que si se naturalizan estas posiciones «estamos perdidos». De todas formas, Urbán añade que en estos treinta años de trabajo de Elche Acoge ha notado una evolución de la sociedad en la sensibilización para la acogida de personas migrantes.