El centro mixto de la Universidad Miguel Hernández de Elche y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha concluido a través de un estudio cómo los sentidos de la vista y el tacto se separan durante los primeros días de vida. El trabajo que dirige Guillermina López-Bendito, ha explicado que se trata de un proceso progresivo que se ha realizado en ratones pero que es extrapolable a humanos.
El Instituto de Neurociencias ha destacado, entre las aportaciones más importantes del trabajo, la de constatar la existencia de una ventana temporal limitada para la segregación de los sistemas visuales de forma que cualquier retraso en esta separación provocará cambios duraderos en la organización de los circuitos visuales.