El alcalde de Elche, Carlos González, ha anunciado que solicitará a la Junta de Gobierno el nombramiento de Tomás Vives Antón como hijo predilecto de la ciudad a título póstumo. González ha trasladado a familiares y amigos su pésame por la pérdida del jurista «más relevante que ha dado el municipio en mucho tiempo». González ha indicado que no solamente se otorgará esta distinción no solo por sus cualidades profesionales, sino también por su «talla humana».
El magistrado ilicitano Tomás Vives Antón falleció ayer domingo a la edad de 83 años. Será incinerado esta tarde en Valencia y las cenizas se trasladarán en los próximos días a Elche, su ciudad natal ya que, a pesar de que la vida laboral lo llevó a residir en otras ciudades, siempre tuvo muy presente Elche.
El jurista cuenta con una extensa y prestigiosa carrera profesional tanto en el mundo de la judicatura como en el de la docencia y la investigación. Fue magistrado suplente en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (1986 y 1987), vocal del Consejo General del Poder Judicial (1990 y 1995) y magistrado del Tribunal Constitucional (de 1995 a 2004), donde ocupó la vicepresidencia entre 2001 y 2005. Tras finalizar su mandato en el Tribunal Constitucional, regresó a la Universidad de Valencia para incorporarse de nuevo como catedrático donde, tras su jubilación ha sido profesor emérito hasta su muerte.
Nacido en 1939, Tomás Vives se licenció en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, completando su formación con una diplomatura en Criminología y el doctorado en Derecho por la Universidad de Valencia en 1973. Con anterioridad había ganado las oposiciones a fiscal, trabajó que desempeñó de 1966 a 1980. En este tiempo fue uno de los promotores de la organización Justicia Democrática de jueces y fiscales, de oposición al franquismo. Estando destinado en Valencia compaginó su trabajo en la fiscalía con el de profesor, encargado primero y agregado después, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia. Durante el curso académico 1980-1981 fue vicerrector de la misma universidad. Después ganó la plaza de catedrático de derecho penal en la Universidad de Alicante donde permaneció hasta 1985, momento en el que obtuvo la misma plaza en la de Valencia.
Ha colaborado en varios libros publicados en el ámbito del derecho penal y las libertades públicas, ha sido director de más de una decena de tesis doctorales y es autor de obras como Libertad de prensa y responsabilidad criminal: (la regulación de la autoría en los delitos cometidos por medio de la imprenta) (1977), La reforma penal de 1989 (1989) o La libertad como pretexto (1995) o Fundamentos del sistema penal: acción significativa y derechos constitucionales (2011), además de distintos manuales sobre derecho penal.
Premio Extraordinario de Doctorado en 1973, Tomás Vives ha sido reconocido y galardonado con el I Premio Ihering del Instituto de Derechos Humanos, con el Premio Relevancia Social del Consejo Social de la Universidad Miguel Hernández (2016)o con la Distinción por la Defensa de los Derechos y Libertades Constitucionales de la Generalidad Valenciana (2019), entre otros.
Desde el 16 de febrero de 2013 una calle de la ciudad lleva su nombre y en 2019 la Universidad Miguel Hernández dedicó el aula 0.8 del edificio Altabix al jurista ilicitano.